domingo, 8 de noviembre de 2009

El Riachuelo, más sobre el tema

Por Malú Kikuchi
2/11/09


El Riachuelo es una cloaca a cielo abierto.


Hoy, 4.800.000 de personas conviven con 350.000m3 de residuos orgánicos e industriales arrojados al río por día. También conviven con 105 basurales detectados. Existir cerca del Riachuelo es insalubre.


La contaminación del Riachuelo es una asignatura pendiente que suma al estado nacional, a 14 municipios de la provincia y a la ciudad de Buenos Aires.

Esta deuda mayor de la desidia política para con el Riachuelo y la gente que vive en sus cercanías, tiene una larga historia. Demasiado larga.


“Río Pequeño, Río de los Querandíes, Río Chuelo, Río de Buenos Aires. [..]Nace en el partido de Las Heras, donde los arroyos Castro y Cobey se juntan para formar, en el paso de la Horqueta, al río Matanza, que cambia su nombre en el puente de la Noria y pasa a llamarse Riachuelo”. (Martín Cagliani)


Tiene un recorrido de 80 km, es un río de llanura con poca velocidad y desemboca en el Río de La Plata. Por eso el barrio que está en la boca del Riachuelo se llama “La Boca”.


En 1536, durante la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza, el cronista de la expedición, Ulrico Shmidt lo llama “Pequeño Río” y Ruiz Díaz de Guzmán lo designa “Riachuelo de las naves”.


1536. Diego de Mendoza, hermano del Adelantado Don Pedro, partió río arriba con 22 soldados y todos ellos fueron muertos por los querandíes, habitantes de la zona. Desde entonces se lo bautizó “el lugar de la Matanza” y los indios pasaron a ser los “matanceros”


1541. Los españoles son obligados por los querandíes a abandonar el lugar, que recupera su paisaje. Desde 1580, segunda fundación de Buenos Aires, hasta 1810, el Riachuelo y la gente, conviven en armonía.


1810. Comienzan los trabajos de canalización del Riachuelo, encomendados por la Primera Junta y se establecen los primeros saladeros y curtiembres.


1811. La Primera Junta, preocupada “por los hedores” del Riachuelo, promete limpiarlo. No se cumple.


1813. La Asamblea del año XIII ordena expulsar las curtiembres y los saladeros de las márgenes del Riachuelo. No se cumple.


1822. Rivadavia, ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, ordena dejar 40 varas de espacio libre de toda construcción en la margen del Riachuelo en toda su extensión. Prohíbe la instalación de curtiembres y saladeros. No se cumple.


1830. Tiempo de Rosas. Se prohíbe arrojar residuos de faena al Riachuelo. No se cumple.


1868. Mitre presidente, en Buenos Aires el cólera hace estragos. Alsina gobernador de la provincia, prohíbe arrojar residuos al Riachuelo. La orden dura sólo 2 meses.


1871. Sarmiento presidente, con la aparición de la fiebre amarilla, la culpa recae en la podredumbre del Riachuelo, como causa de la infección.


1871. Por temor al cólera y a la fiebre amarilla, la cámara de diputados bonaerense, ordena canalizar y limpiar el Riachuelo. No se cumple. Gobernador de la provincia Emilio Castro.


1875. Avellaneda presidente; gobernador de la provincia, Carlos Casares. Lejos ya del miedo y controladas las pestes, se vuelve a autorizar la instalación de fábricas en ambas orillas.


1884. Roca presidente; gobernador de la provincia, Dardo Rocha. Se instala el frigorífico “La Negra”. El río pierde oxígeno, por lo tanto, vida. La contaminación empieza a superar el poder de recuperación del río. Y todavía, lo que contamina, es sólo orgánico.


1891. Presidencia de Carlos Pellegrini. Se sanciona la primera ley nacional nº 2797, que prohíbe arrojar residuos al río. No se cumple.


1930. Presidencias de Yrigoyen/Uriburu; gobernadores Nereo Crovetto/Meyer Pellegrini. Con el aumento de las industrias en la zona, la contaminación orgánica es “enriquecida” por materiales pesados y por químicos. La gente no tiene defensas ante las enfermedades producto de la contaminación.


1979. Durante el proceso Videla firma el plan Pro Saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo. No se cumple.


1982/1984. Muy diferentes gobiernos (Viola y Alfonsín), firman acuerdos entre la nación, la provincia y los municipios para abordar la limpieza de la cuenca. Ninguno se cumple.


1993. El gobierno de Menem, a través de su secretaria de medio ambiente, María Julia Alsogaray, se compromete a sanear el Riachuelo. Se crea el Comité Ejecutivo de la cuenca Matanza Riachuelo. No se cumple.


2006, agosto. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ordena que se limpie el Riachuelo. Establece que es un derecho humano. El 28/8/06, el presidente Kirchner, presenta el programa de redes cloacales. No se cumple.


2006, diciembre, se crea ACUMAR, Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo por ley nacional nº 26.168, presidencia Kirchner. El compromiso es sanear el Riachuelo. No se cumple.


2009, 5 de febrero, la presidente Cristina Fernández destina $300 millones para remover barcos y basurales al tiempo que se empieza a construir la red cloacal para 450.000 personas. Firman, además de la presiente, el jefe de gabinete, Massa, el secretario de medio ambiente, Homero Bibiloni y los intendentes de 14 municipios. No se cumple.


2009. Tres años después de la orden de la Corte, esta le ordena al Ejecutivo Nacional, a los municipios implicados y a la ciudad, comenzar las obras de saneamiento del Riachuelo antes del 1º de noviembre. No se cumple.


La Corte aclara que de no hacerlo, a partir de esa fecha, se cobrarán multas por incumplimiento. Las multas, ¿se cobrarán?


Hoy, 1º de noviembre 2009, casi 200 años después de ordenar por primera vez la limpieza del Riachuelo, después de incontables e inútiles leyes, decretos, resoluciones y ordenanzas, que acompañaron a todos los gobiernos a lo largo de la historia, gobiernos electos y de facto, el Riachuelo sigue contaminado y contaminando.


“El Riachuelo es un reflejo de lo peor de la Argentina, corrupción y desigualdad. En su cuenca conviven los sectores más excluidos, las empresas más poderosas y un estado absoluta y perversamente ausente”. Fernanda Reyes, diputada nacional C.C.


Había una vez, hace mucho tiempo, un pequeño río que desembocaba en un gran río. Era un riachuelo limpio y lleno de vida. Luego vinieron los gobiernos, la codicia, los intereses creados, la ineficiencia, la anomia y la infinita desidia política.


El pequeño río, murió. Y, colorín colorado, este cuento está contaminado.

De la editorial de la autora: La caja de pandora on line